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NUEVOS PERFILES PIF: AQUÍ TE EXPLICAMOS CÓMO UTILIZARLOS
Recientemente, hemos decidido crear perfiles que puedan ayudar al clínico en el diagnóstico, manejo y monitorización de la peritonitis infecciosa felina (PIF). Veámos en este blog cómo se pueden maximizaar.
PIF seca: ofrecemos un extenso perfil hemato-bioquímico que incluye hemograma, bioquímica clínica completa y electroforesis.
A esta base de datos esencial agregamos la medición de glicoproteína ácida alfa-1 felina (fAGP), una proteína de fase aguda muy útil en caso de sospecha de PIF (puedes consultar también nuestro reciente blog: https://www.mylavblog.net/biochimica-clinica/ 407-il-ritorno-di-un-grande-classico-l-agp-alfa-1-glicoproteinacida-felina.html, y la medición de anticuerpos anti-Coronavirus felino mediante la técnica IFI (inmunofluorescencia indirecta).
De hecho, el problema para los pacientes con PIF seca es la inespecificidad de muchos signos clínico-patológicos inflamatorios crónicos: la confirmación definitiva de estas formas requeriría la identificación directa del coronavirus en las lesiones parenquimatosas mediante inmunohistoquímica y/o molecular biología (PCR). Estos procedimientos son invasivos, ya que, deben pasar por una muestra de biopsia y no siempre se realizan fácilmente.
La presencia de las alteraciones hematobioquímicas/electroforéticas típicas asociadas con un título serológico de IFI medio/alto y una concentración alta de AGP tendería a respaldar significativamente una sospecha clínica de PIF seca. En particular, en el caso de la PIF, el hemograma incluido en el perfil ampliado puede permitir la detección de una anemia normocítica normocrómica, o, posiblemente, microcítica, no regenerativa asociada a leucocitosis neutrofílica y/o linfopenia.
El cuadro bioquímico puede revelar alteraciones que afectan a uno o más órganos, entre las cuales son particularmente frecuentes las alteraciones asociadas a daño renal (aumento de creatinina y urea) y daño hepático (aumento de ALT, ALP y bilirrubina), y, especialmente, hiperproteinemia, hipoalbuminemia e inversión del ratio albúmina/globulina.
Estas últimas alteraciones se pueden estudiar con mayor profundidad en el proteinograma incluido en el perfil, que suele mostrar un aumento de alfa2 y gamma globulinas en el caso de la PIF, así como con la determinación de fAGP, que en, el caso de la PIF, suele estar muy elevada (normalmente > 1500 ug/mL).
PIF efusiva: a diferencia de la PIF seca, las formas efusivas tienen la ventaja de permitir el análisis del fluido cavitario, que en muchos casos permite confirmar el diagnóstico. Además de la bioquímica sanguínea completa y la cuantificación de fAGP, que nos permiten detectar las alteraciones típicas descritas anteriormente, realizamos simultáneamente el análisis citoquímico de la efusión cavitaria y la búsqueda del virus en el fluido mediante PCR.
De hecho, las efusiones de pacientes con PIF tienen características químicas (proteínas elevadas, ratio albúmina/globulina a menudo < 0,8, LDH elevada con un ratio alto entre LDH y células totales presentes en el líquido biológico) y características citológicas (presencia de un exudado aséptico con baja concentración celular, fondo proteico y predominio de neutrófilos no degenerados) muy sugestivas de PIF.
Una PCR positiva en el líquido confirma el diagnóstico de PIF al 100% (alta especificidad), pese a que la sensibilidad de la técnica molecular no es absoluta (sensibilidad aproximadamente del 70-80%).
Monitorización de PIF: en gatos con diagnóstico confirmado de PIF, proponemos un perfil de monitorización de las terapias realizadas utilizando un perfil hematológico y bioquímico con cuantificación de la fAGP. De hecho, la mejoría clínica también debe ir acompañada de una mejora de las alteraciones hematobioquímicas clásicas de la enfermedad y de una reducción de la concentración sérica de la fAGP.
Perreras, Colonias, Crías: se sabe que el coronavirus responsable de la PIF deriva del coronavirus entérico felino mediante mutaciones genéticas que lo hacen capaz de infectar macrófagos e invadir tejidos: cuanto mayor sea el flujo y la replicación del coronavirus entérico entre los gatos, más probable será que se observen casos de PIF plenamente desarrollada.
En entornos con una circulación potencialmente alta del coronavirus felino, tenemos dos métodos potenciales a nuestra disposición.
La serología mediante IFI permite comprender el grado de exposición de los gatos presentes en ese entorno a infecciones previas.
Adicionalmente, la búsqueda de coronavirus en las heces permite comprender quiénes pueden ser los sujetos eliminadores, aunque hay que recordar que la eliminación de los virus en las heces puede ser irregular e intermitente, incluso en pacientes completamente asintomáticos.
Por tanto, para una adecuada prevención, es importante reducir, en la medida de lo posible, el número de gatos en el entorno y utilizar preriódicamene pruebas serológicas y/o PCR en heces, realizadas en «muestras aleatorias» en cada grupo de animales y con una frecuencia variable en función del número de gatos presentes (mayor frecuencia, por ejemplo, una vez al mes si están presentes un número elevado de gatos, menor frecuencia si el número es reducido).
Saverio Paltrinieri, Med. Vet. EBVS European Specialist in Veterinary Clinical Pathology (Dipl. ECVCP); Universidad de Milán
Walter Bertazzolo, Med. Vet. EBVS European Specialist in Veterinary Clinical Pathology (Dipl. ECVCP); Director Científico de MYLAV